Un revólver en la sombra by A. Rolcest

Un revólver en la sombra by A. Rolcest

autor:A. Rolcest
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras
publicado: 1979-03-31T23:00:00+00:00


CAPITULO V

Xine esperó a encontrarse a solas con su madre, para preguntar, muy intrigada:

—¿Qué relación existe entre vosotros?

Por suerte Marlle acababa de volverse de lado a su hija y no pudieron mirarse a los ojos.

—No entiendo.. ¿Qué es lo que quieres saber?

—Dices que Jeff ha ido a buscarte. ¿Es que os conocíais?

—¿Tendría eso algo de particular?

Xine se volvió bruscamente de espaldas.

—¡Sí!.. Yo siempre te he ocultado que adquiría los caballos del criadero de Jeff. No sé por qué te lo ocultaba. Y me dolía hacerlo.

Se puso a pasear por la habitación, mientras su madre abría unas maletas.

—Y ahora resulta... que tú también callabas. —prosiguió, en tono sardónico.

—Xine: Yo me encontraba en el rancho cuando Jeff trajo unos potros. Te diste mucha prisa por apartarte de él... ¿Tan estúpida me supones, para que no me diera cuenta? —lo dijo en tono burlón.

Pero esa burla se la dirigía a sí misma, porque Marlle reconocía que fue lo suficiente distraída para no conceder importancia al nerviosismo de Xine, aquel día.

La joven se volvió rápidamente, los ojos azules fieramente iluminados.

—¡El ha ido en tu busca porque sabe que eres mi madre!... ¡Eso es lo que quiero que me expliques! ¿Por qué lo sabe?

Marlle estuvo unos instantes mirándola. Varios rizos se le habían volcado sobre la frente. Su óvalo atezado era verdaderamente hermoso, como toda su figura.

—Criatura... Eso que es motivo de alarma, debía precisamente tranquilizarte. Jeff es un buen muchacho que ha merecido mi confianza...

—¿Un buen muchacho? ¡Cuando sepas lo que hizo en la estación, en presencia de todo el pueblo!

Marlle rompió a reír.

—Lo sé... El mismo me lo ha dicho.

Xine apretó los dientes mientras sus ojos adquirían más furia:

—¡Bicho fanfarrón!... ¡Te parezca bien o no, voy a echarlo de aquí!

—Yo no lo haría, al menos por ahora.

—¡A ver por qué no!

—Jeff es muy sincero. Y cuando yo le he preguntado si estaba enamorado de ti, me ha contestado: «No lo sé todavía». En mi pregunta ha debido adivinar, uñas de «suegra»... —apenas decirlo se agarró la cabeza, como asustada—. ¡Válgame el diablo!

—¿Qué ocurre?

—¡Yo, suegra!

—¡No haberme tenido!

—¿Te pesa? —preguntó Marlle, sin decidirse a abandonar el tono de broma.

Xine no contestó. Se acercó a una ventana y permaneció mirando al exterior.

—Jeff ha debido suponer que yo pondría reparos a todo el que se acercara a ti —prosiguió Marlle, continuando en sacar cosas de la maleta— y me ha dicho que si él llegaba a convencerse de que estaba enamorado de ti, ya podían ponerse vallas por' delante que saltaría todas. Desde luego es el terco más endemoniado que he visto.

—¿Para qué diablos me cuentas eso?

—Para que no te quedes manoteando en el aire. ¿Quieres darle un correctivo? Deja que permanezca aquí unos días, con el pretexto de comprobar las condiciones de los caballos. Engatúsalo... Y luego señálale la puerta.

Xine se volvió, muy seria.

—¿De veras me haces tan tonta como para creer esa pésima artimaña?

—¿Qué artimaña?

—Ya no soy una niña, mamá. Ya hace mucho tiempo que no creo ninguno de tus cuentos. Pero hago por creerte.

Marlle quedó seria.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.